La psicología, en su búsqueda por entender la mente y el comportamiento humano, se encuentra con la terapia existencial, una rama que profundiza en la experiencia humana y su búsqueda de sentido.
La terapia existencial se basa en la filosofía del existencialismo, que se centra en cómo cada persona construye su ser y su lugar en el mundo. Grandes pensadores como Kierkegaard, Sartre y de Beauvoir han explorado estas ideas, enfocándose en temas universales como la muerte, la libertad, la culpa y el tiempo.
A diferencia de la psicoterapia, la terapia existencial no se limita a tratar síntomas o comportamientos, sino que invita a una exploración más profunda de nuestras preocupaciones fundamentales. Se trata de un diálogo abierto que rechaza las etiquetas clínicas y se enfoca en el potencial y los aspectos positivos que contribuyen a una vida plena y significativa.
Este enfoque filosófico reconoce que somos proyectos en constante construcción, seres flexibles y abiertos a un rango infinito de emociones, conductas e ideas. No estamos aislados; nuestro sentido emerge a medida que nos sumergimos en un lienzo de relaciones sociales, donde cada interacción pinta nuestra subjetividad.
La terapia existencial nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos, cómo enfrentamos nuestras libertades y responsabilidades, y cómo encontramos significado en nuestra existencia. Es un camino hacia el autoconocimiento y la autenticidad, donde cada paso nos acerca más a una vida con propósito.
Espero que este post te sea útil para compartir y generar una conversación significativa sobre la psicología y la terapia existencial.
¿Listo para iniciar tu viaje hacia el autodescubrimiento y la construcción de tu proyecto de vida?
Contáctame
55 27 99 98 54